Atraía médicos por la buena reputación

HOSPITAL DE ALLEN

Al igual que a otros médicos jóvenes, el doctor Moisés Eidilstein fue quien le abrió las puertas de la medicina en Allen. «Yo venía bien, con el deseo de trabajar y sumar mis proyectos al hospital de Allen. Y me encontré con un señor hospital que reunía todas las condiciones, con personas buenísimas y muy predispuestas.

El hospital de Allen era receptor de patologías de otros hospitales; de ciudades como Roca o Cipolletti se derivaba a Allen. Nosotros estábamos felices porque hacíamos lo que nos gustaba y teníamos un hospital muy bien dirigido por Eidilstein», contó el doctor Costa. Él y un grupo de profesionales que se desempeñaron en el hospital fueron parte de una camada de médicos que en Allen generaron un cambio en la medicina. «Los mismos que trabajábamos en el hospital fuimos dueños del Sanatorio Allen, que era algo así como una luz para la medicina de esa época. Acá al hospital también venían a operar y atender una serie de médicos de renombre», agregó.

En 1969, después de haber concluido un curso de administración y organización hospitalaria, Costa asumió como director del hospital Allen y llegó a ser jefe de la zona sanitaria, que abarcaba desde Villa Regina hasta Catriel. «Trabajé con mucho gusto por el hospital de Allen. En aquella época teníamos un gran sector destinado a la tuberculosis y enfermedades infecciosas. Trajimos especialistas que manejaron muy bien la situación y cerramos la sala de tuberculosos porque ya no se internaban. Trasformamos un área y agregamos otra para enfermedades psiquiátricas, ya que había muchas. Y llegamos con centros de salud a los barrios.

En 1981 el doctor Costa, que también estuvo involucrado en la gestación de la UNC, dio un paso al costado. «Hubo un momento en el que el hospital entró en un estado de abulia. Yo ya no era director, seguía capacitándome en España. Creo que por algunas decisiones políticas fueron adquiriendo más ímpetu los hospitales de Roca y Cipolletti».